lunes, 23 de marzo de 2015

La química de los tejidos

Si hay algo que se está poniendo de moda son las nuevas aplicaciones y características que una prenda puede presentar según sus componentes químicos. Más inflamabilidad, colores más vistosos, propiedades caloríficas... Aplicaciones infinitas.

La química arrasa en el sector textil. Últimas investigaciones demuestran, sobre todo en prestigiosas universidades de Estados Unidos que, realizando un baño en amoníaco (NH3), se incrementa las capacidades del hilo para empapar más colorante, y que una vez seco presente un color más vivo.
Así, se comprueba que una de las propiedades del amoníaco como base (debido a que capta moléculas de Hidrógeno) tiende a captar ácidos, para convertirse en sales mediante reacciones químicas (reacción de neutralización). Por consiguiente, los ácidos de los tintes se adhieren al hilo (sin dañarlo con un pH demasiado bajo) y dando más color.

Para reducir la combustión de las prendas, a un nivel similar al de una casaca de bombero, pero sin que resulte tan costoso, se utilizará Kevlar (aumenta la flexibilidad, comodidad y permite la transpiración; contiene una solución de polímeros cristalinos) y Nomex (resiste el calor y las llamas; se utiliza en la ropa de ejército, y en el recubrimiento de cables y estructuras), dos materiales creados por el gigante químico DuPont en los 60'. Debido a que en este tipo de invenciones, la patente varía conforme pasan los años, el diseño ya puede ser utilizado por otras compañías textiles que hasta ahora se habían dedicado a la fabricación de equipos anti-incendios, pero se está abriendo un amplio abanico de posibilidades, con las cada vez más extravagantes ofertas de las pasarelas. Además, Kevlar ya se utiliza en vehículos, casas, ropa deportiva para los atletas olímpicos...; aumenta la durabilidad (sus propiedades físicas la convierten en un material cinco veces más resistente que el acero debido a su agrupación de los monómeros).

Ahora que ya hemos comentado algo sobre los agrupamientos de monómeros para formar polímeros, debemos decir que sus aplicaciones son infinitas, y que esta estructura
es el vehículo más utilizado para llevar la química a las pasarelas... ¡e incluso a nuestro armario! ¿Quién no ha oído hablar sobre el Gore-Tex? Este polímero fluorocarbonado (con la molécula CF4 principalmente) se empezó a estudiar en 1958 cuando Bill y Viere Gore se aliaron para crear este conocido tejido patentado, que, debido a las propiedades físicas del polímero, crea finas capas que impiden el paso del agua desde el exterior, pero lo favorecen del interior, produciendo así una transpiración imposible con otros impermeables como el plástico. Además se opone al paso del viento, por lo que a veces el precio de una prenda de Gore-Tex se dispara. 

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